Él bajó a comprar algo de comida, yo mientras saqué mi mejor conjunto de lencería, morado, un color que me apasiona en la ropa interior, recogí mi melena en una alta cola de caballo, pinté mi labios de carmín, me puse mis sandalias de tacón de aguja y me rocié el cuerpo con mi perfume favorito, l’eau de Issey Miyake. Mi bichito entró por la puerta y se quedó impresionado, sin mediar palabra le dije .-ponme un cubata, mientras buscaba el cinturón de esa falda amarilla que llevaba puesta.
No sé que pasaba, pero me sentía muy ama, más ama que nunca. Le coloque de rodillas y espalda en el sofá y penetré unas cuantas veces con mi arnés, según le estaba follando me venían una y otra idea que hacer.
Me senté en el sofá con las piernas abiertas y sin decir ni una palabra indiqué con mi mirada lo que quería, me comió el coño hasta que tuve varios orgasmos, entonces le dije que se retirara y se pusiera el arnés del revés, introduciéndose el pene en el culo y pinzándose el rabo bien tieso con las tiras de cuero negro. Esa imagen me excitó mucho y provoco que hiciera varias fotos de mi bichito, pero mi cabeza no dejaba de maquinar, una y otra fechoria. De esa guisa le tapé los ojos y até las manos con el cinturón de mi falda y le invité a jugar conmigo al escondite. El juego consistía en que yo me escondía y el tenía que encontrarme en un tiempo establecido, de lo contrario recibiría su correspondiente azotaina. Me dirigí al baño de puntillas y me quité los tacones para que el no escuchará por donde andaba, me escondí detrás de la mesa del comedor. Mi bichito caminaba despacio por el espacio y diciendo “I dónde estás?, es difícil encontrarte” yo no decía nada, momentos incluso contenía la respiración, me encantaba observar a mi bichito de esa guisa y totalmente indefenso, en ese momento era mío y solo mío, su rabo cada vez estaba más tieso, se acercó a la mesa del comedor, puedo decir que estuvimos a escaso 30 cms y él no me encontró, siguió caminando hasta el baño, tropezó con mis tacones y emitió una leve sonrisa, como diciendo “ Te encontré”, su desesperación y su indefensión se hicieron más patentes cuando vio que no estaba allí “ I pq me haces esto, dónde estás?” así varios minutos más. Le tumbe en la mesa y recibió unos cuantos cachetes en el culo. Me quedé con ganas de más …
Que mala eres, I.
Me encanta.
Solo traviesa 😉
I
precioso relato… afortunado bichito
Empezaras a darme miedo… si.. esta claro
jajajajja Gluky…miedo no lo creo
Traviesa, perversa, juguetona……morbosa.
Un saludo.
Gracias 🙂
y …lujuriosa
Cachisssss me faltó eso,,,,,,lo bonito realmente siendo todo eso es que puedes sacarle partido a todo y disfrutar de ello.
sí, como me dijo un tipo un día “no me cabe duda de que eres una ama “homemade”
“homemade2???? me lo expliquen please.
Jo, he salido como anónimo
Me has dado una idea un poco perversa, literariamente hablando.
cuentame osito
Añadirte como personaje en mi relato casiperverso… cuanto más seamos, más reiremos.
qué relato? avisame…me encanta ser prota de tus fantasias 😛
El que empieza aqui
http://wp.me/p5Qvf-oy
Si Ava tiene su rinconcito de gloria, tú también te mereces el tuyo… 😉
ohhhh qué placer!
Todo
llegará…